Reproducción, manejo y producto

Reproducción

La temporada de servicio se extiende durante 90 días, desde diciembre hasta febrero de cada año. En ese período realizamos inseminación artificial sobre un plantel de 200 vacas. A los 35 días posteriores a la inseminación, se lleva a cabo el diagnóstico de gestación mediante ecografía.

El resto del rebaño, compuesto por unas 400 vacas adicionales, se encasta a través de monta natural.

Nutrición y manejo

Todos los terneros son pesados al momento del nacimiento y al destete, llevando un registro individual de su desarrollo posterior. A partir de esos datos, se realiza una selección de reproductores que son destinados a los mejores potreros y suplementados durante el invierno.

Las crías —tanto machos como hembras— que no son seleccionadas para continuar en el predio se comercializan según las condiciones del mercado.

Producto

Partimos de la premisa de que el “mejor animal” es aquel que maximiza la rentabilidad dentro de un sistema de producción sustentable a lo largo del tiempo. Por eso, desarrollamos un programa de selección integral, enfocado en objetivos globales más que en una sola característica aislada.

Consideramos como ideal a un animal fértil, longevo, rústico, sano, con bajas necesidades de mantenimiento y capaz de lograr tasas de crecimiento adecuadas incluso en sistemas con disponibilidad alimentaria limitada y sometidos a condiciones ambientales exigentes. En este sentido, la raza Angus se presenta como la más adecuada para cumplir con estos requerimientos.

En toros, priorizamos la fertilidad y la eficiencia reproductiva. Los criterios de selección incluyen circunferencia escrotal y facilidad de parto, complementados con indicadores de crecimiento como el peso al destete y a los 18 meses. Más recientemente, incorporamos también la evaluación de calidad de carne mediante ecografía, sumando esta dimensión al perfil productivo del reproductor.

En hembras, se evalúa la actividad ovárica y la medición pélvica, junto con el peso al destete y a los 18 meses. Las vaquillonas destinadas a reproducción deben alcanzar al momento del encaste un peso igual o superior a los 300 kilogramos de peso vivo.